No sé porque razón la gente detesta la lluvia, es algo tan hermoso como para ser detestado.
Hoy, eran las 8:30 de la mañana, cuando subía un puente peatonal, distraído por el sonido de mi armónica no noté que estaba vacío, hasta que dí con un enorme charco de agua.
Al trata de esquivarlo, me dí cuenta del aspecto del norte cuando llueve. Los carros alborotados, la lluvia dando un aspecto tétrico y gris a la mañana, la gente cubriéndose con lo que se pueda.
Para mí era perfecto, era un sitio bello, aunque esté atestado de ruido y olor a carro.
Me paré y seguí observando, decidí poner algo de blues y comencé a pensar en todo lo que ocurre.
Cristina Kirchner será operada hoy, muchas personas mueren, otras nacen, es un sucio juego estúpido y yo el idiota que lo contempla desde un puente peatonal.
Pero algo bueno he de sacar de todo esto, algo bueno ha de venir después de pasar minutos en el puente, aguantar miradas de susto de las personas que piensan que soy un ladrón o que ando consumiendo algo.
Es raro, estoy rapado y ya no siento ese peso en mi cabeza, algo me hace pensar mejor. Y de la nada pienso nuevamente en mi futuro, caigo en ese pozo sin fin, donde mi libertad nació presa y la odio, la maldigo porque aun no consigue el valor para romper las cadenas.
Ya no me importa el dinero, tal vez si, solo para comer, todo vendrá en su debido tiempo, pero de que me servirá siendo infeliz. ¡DE NADA!
Tomo, como mía, algo que dijo Bukowski (no recuerdo muy bien como era): "Me dieron a elegir entre trabajar en la oficina de correos y poder comer o hacerme escritor y morir de hambre. Elegí morir de hambre".
Esta es una de mis pruebas, elegir lo que me da vida, tal vez pueda vivir de esto, y si tengo suerte saldré muy adelante. Pero aún así, tengo que seguir mis sueños, mis verdaderas pasiones.
Mucho sentimentalismo y problemas existenciales por la mañana, paré la música y comencé a fastidiar con la armónica, llegue a la estación de la metrovía para dirigirme a mi casa.
Al bajarme del alimentador, volvió la lluvia, me golpeo en la cara y me hizo pensar de nuevo: "¿Que le ve la gente de malo?".
Amó caminar bajo la lluvia, sentir el cabello húmedo y pensar en cada paso. Es algo que te da vida, te da razones para seguir, y sientes que todo esto no es un sueño, destrozas las dudas que te dio Descartes acerca de la realidad, porque la vives bajo la lluvia, porque sientes cada paso, cada gota, y eso te hace sentir que estás vivo.
PD: Si tocas la armónica en un puente peatonal, es normal que un par de señoras te den 25 ctvs.
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